CONTAMINACION EN QUITO
El Camal, La Basílica, La Necochea y La Marínson las zonas con mayores concentraciones de gases que emanan los vehículos a diésel y gasolina en Quito. Esto según el Informe de la Calidad del Aire 2011, de la Secretaría Metropolitana de Ambiente. En Quito circulan 410 000 carros y estos son los causantes del 70% de la contaminación en el aire.
Pero, ¿cómo se vive en estos sectores? Lunes 25, 12:00. En la calle Gualberto Pérez, sector sur de Quito, hay un alto flujo de carros y buses urbanos. El movimiento de personas y vehículos se da por el mercado de El Camal y el Centro Comercial de Chiriyacu.
La esquina con la Gualberto Pérez es un punto crítico porque por allí circulan los buses que van más hacia el sur como La Argelia y Guajaló. Permanentemente se observa el esmog que sale de los escapes de los carros. Los peatones que esperan en la parada se tapan la nariz.
Ernesto Manzano tiene un local de venta de plásticos, desde hace 20 años, en la calle Gualberto Pérez. Él dice que un producto que esté fuera de una funda se ennegrece en tres días por el humo de los autos.
Y su salud empezó a afectarse, sufría de tos y gripes frecuentes. Ahora hace deporte todas las mañanas y eso le ha ayudado a mejorar sus malestares. “No se puede hacer nada”.
Miguel Quiña reside en el sector desde hace 30 años, tiene una peluquería. Por la contaminación de los carros decidió cambiarse a una calle transversal a la Gualberto Pérez, ahora tiene su local en la Baltazar González. A pesar de ello, debe limpiar entre dos y tres veces las vitrinas y espejos, porque el hollín cubre las superficies. “Estar en la calle principal era peor, se sentía más polvo”.
En La Basílica también hay mucha contaminación y aumenta por las condiciones topográficas. Por ejemplo, la estrecha calle Venezuela es de dos carriles y empinada. Allí se observa cómo el humo negro cubre las fachadas de las casas. Los bordes blancos de las puertas y ventanas están ennegrecidos. A la altura de la calle Esmeraldas, Eduardo Delgado trabaja desde hace un año en un taller de reparación de electrodomésticos. Él dice que en las horas pico debe utilizar una mascarilla para poder respirar. “Es inaguantable, todo el humo de los carros ingresa al local”. El color anaranjado de las paredes internas ha desaparecido, solo hay manchas oscuras.
Hólger Durán vive 10 años en la intersección con la calle Galápagos, en una casa de siete pisos. La fachada de color amarilla también fue afectada por el esmog de los automotores. Durán sufre frecuentemente de infecciones en los ojos. Su médico le indicó que es por la exposición a los gases de los carros. Debe salir del sector.
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